domingo, 17 de febrero de 2008

Cacao maravillao


La primera vez que los españoles probaron el chocolate fue en el año 1519 cuando, Hernán Cortes (Medellín, 1485-Castilleja de la Cuesta, 1547) llega a México y los indígenas americanos, creyendo que Cortes era su esperado dios Quetzalcoatl que regresaba a la Tierra le hacen un gran recibimiento entregándole muchas ofrendas y tributos. Entre estas ofrendas le ofrecen para beber y en un vaso de oro una mezcla de cacao, miel, harina de maíz y otros ingredientes, un chocolate.
Parece ser que tras el descubrimiento de América, el primer cargamento de cacao procedente de Sudamérica llegó a España en 1527, extendiéndose posteriormente su consumo a toda Europa. En los primeros momentos los españoles no consumían el cacao como actualmente, sino que en un principio fue utilizado como un condimento más para la carne, posiblemente porque los indígenas americanos también lo utilizaban como condimento de una bebida de sabor amargo.
Según otra teoría, la primera llegada del cacao a España procedente de Sudamérica se debió a fray Aguilar, un monje español de la orden de Cister que, tras haber sido misionero en la zona de México, había enviado las primeras muestras de cacao a su congregación, en el Monasterio de Piedra. Parece ser que así se inició la tradición chocolatera de la orden de Cister y la de su rama, también famosa, de Trapa.
Cuenta la tradición que fueron unas monjas del convento de Guajaca las que, experimentando con el cacao, le añadieron azúcar, otro nuevo producto traído también de las colonias españolas en Sudamérica. Obtuvieron así el chocolate, uno de los ingredientes fundamentales de la repostería y que pronto fue conocido y apreciado en toda Europa, apreciación que continua hoy día. Dicen que la corte española se rindió ante la deliciosa y estimulante bebida creada por la monjas.

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